fuentes de la región, Hernández sostuvo un diálogo en pleno parque de esa localidad con líderes campesinos, conversación que incluso llegó a subirse de tono. No obstante, la comunicadora siguió realizando su trabajo, hasta cuando fue abordada por algunas personas que la despojaron de varios de sus equipos, entre ellos el celular y la cámara fotográfica. Solo le dejaron uno de sus computadores.
Así las cosas y ante la recomendación de lugareños para que dejara el pueblo, ella decidió esperar a que le devolvieran su material periodístico.
El sábado a mediodía, nuevamente fue abordada y conducida en una moto para ser internada en zona montañosa.
A partir de entonces todo ha sido un misterio. Mientras en la zona algunos mencionan en voz baja que ilegales se la llevaron para interrogarla y reclamarle por su trabajo (Hernández es reconocida por su dura posición en contra de guerrillas y en la zona en la que estaba trabajando hay presencia histórica del ELN), en redes sociales se ha hablado todo el día sobre su situación, aunque sin mayores detalles.
Las autoridades policiales y militares no se han pronunciado sobre el tema ni en El Tarra ni en Bogotá, pero por la forma en que ocurrieron los hechos y por testimonios recogidos en la zona por este diario, todo apunta a que la comunicadora está en manos del ELN, que tampoco se ha referido al asunto.
