LOS MALES QUE CERRARON EL SENDERO DE MONSERRATE

Los incendios, el invierno y las rutas no permitidas han causado desprendimiento de rocas y madera.


El camino a Monserrate, el sitio más simbólico de peregrinación en el corazón de Bogotá, se convirtió en un calvario para los organismos de gestión de riesgos.

Cuando no son el verano y los incendios, es el invierno o la alta afluencia de personas en Semana Santa y la Navidad lo que obliga a las autoridades a tomar medidas drásticas para evitar hechos que lamentar.

Esta vez el sendero estará cerrado por lo menos ocho meses mientras se recupera la zona. ¿Qué sucede? Los incendios que se presentaron a mediados de diciembre pasado y a comienzos de año, junto con los fuertes aguaceros de los últimos días, han provocado desprendimientos de material quemado, bloques de madera, piedras y arenas.

Un reporte oficial señala que en enero una roca cayó sobre una caseta en el sector conocido como Pueblito, lo que puso en alerta máxima a las autoridades de la gestión de riesgos. Sobre todo ahora que se espera que a diario suban cerca de 50.000 personas por las celebraciones religiosas.







Richard Vargas, director del Idiger, dijo que el pasado incendio forestal quemó la “poca cobertura vegetal y dejó muchos bloques sueltos que comenzaron a rodar, lo que constituye un peligro para la gente”.

Los cerros orientales tienen suelos inestables de roca fracturada y es susceptible de desestabilizarse por incendios, excavaciones o por la presión de las personas que transitan por vías no autorizadas.

Vargas aclaró que el problema no es el sendero sino las zonas aledañas. Este viernes se terminaron los primeros trabajos de protección superficial con un manto, para garantizar el nacimiento de pasto y arbustos. Esto costó 700 millones de pesos.

La segunda intervención, que está en estudios y diseños y que se espera culmine antes de finalizar el año, consiste en evitar la caída de bloques de rocas que están sueltos. Se calcula que estos trabajos tienen una inversión de 3.000 millones de pesos.

“Hay que tener paciencia con la montaña. Es un tema de convivencia, de precaución y colaboración”, dijo el director del Idiger. Pero este cierre no es nuevo. El ritual se repite año tras año. Para esta época, se calcula que más de 120.000 visitantes entre feligreses, curiosos, turistas, deportistas o vendedores suben a pie por el camino al santuario.

Uno de los cierres más prolongados se inició el 21 de marzo de 2009. Por 30 meses se restringió el acceso mientras las autoridades locales anunciaban obras de adecuación del sendero con una inversión de 4.000 millones de pesos por parte del Distrito más 2.000 millones por parte de la Arquidiócesis de Bogotá.
Funicular y teleférico
Las autoridades van a instalar seis Puestos de Mando Unificado (PMU) en Semana Santa para la orientación e información de los visitantes. Uno de estos estará en Monserrate.
 
Los turistas y feligreses en general pueden subir al santuario en funicular o teleférico, que estarán en servicio los días santos entre las 5:30 de la mañana y las 5:30 de la tarde.
Otras opciones que tienen los feligreses para visitar son el cerro de Guadalupe, las iglesias de los sectores históricos en La Candelaria, Usaquén, Suba, Bosa, Usme y Fontibón. También pueden ir a los lugares tradicionales como las iglesias del 20 de Julio, Las Nieves, San Francisco, San Agustín, Lourdes, La Catedral Primada, entre otros sitios de interés.

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